Mi nombre es Pablo Soriano. Nací en Buenos Aires, Argentina. Mi primer contacto con el mundo del tatuaje fue a fines de los años 80 y comienzos de los 90. Por esa época estaba muy conectado con el ambiente del skate y del hardcore punk. Junto a unos amigos formamos una banda de hardcore, donde yo era el guitarrista y mi amigo Hernán, el baterista.
Gracias a Hernán, que había empezado a incursionar en el tatuaje, pude tener contacto por primera vez con todo el material relacionado con este maravilloso mundo: máquinas, revistas, pigmentos, agujas, etc. No pasó mucho tiempo para que tomara prestada una de sus máquinas y me autotateara una de mis piernas.
Con el correr de los años seguí más vinculado a la música, hasta el año 2001, cuando me dediqué por completo al arte en la piel. A fines de ese mismo año viajé a Europa para continuar con este aprendizaje. Una vez allí, trabajé en diferentes estudios en las Islas Canarias, entre Tenerife y Lanzarote.
A fines del año 2005, de regreso en Argentina, trabajé seis meses en el estudio de Hernán, para luego abrir mi propio estudio, “Black Sheeps Tattoo”, en el barrio de Flores. En 2007 volví a hacer temporada en España, donde trabajé en diferentes estudios de Valencia.
En 2011 cerré el estudio de Flores para reabrirlo en mi barrio, Villa Urquiza, donde trabajé durante dos años. Luego continué tatuando de forma privada en mi domicilio hasta fines de 2016, cuando volví a aventurarme nuevamente hacia el viejo continente. Allí me concentré en tatuar entre España y Alemania, para finalmente terminar asentándome en Barcelona junto a una leyenda del tattoo y amigo, Tony, en Icaria Tattoo Art, donde sigo hasta la actualidad.